Pero que molestos son esos de negro. Con su equis en el pecho, no confundir con los X-men, jajajaja. Bueno y ya que mencioné el comic... Recuerdo que de niño, un tío que tenía su bodeguita, un día que los fuimos a visitar, le acompañé a hacer sus compras de abastecimiento. Y él me compró un comic de Spiderman en una tiendecita de cosas de contrabando. Cómo adoraba yo ése comic. A todas partes lo llevaba. Una mañana me dio por simular que viajaba colgándome de los edificios con mi telaraña, agitando los brazos y la bolsa se abrió. Los panes volaron como superpanes. Unos perros que correteaban por el parque se comieron la mayoría. En mi casa se enojaron mucho por los panes. Y la culpa se la echaron al hombre araña. Cuando me quitaron el comic bajé la cabeza y empezaron a sermonearme. Me dijeron mi sentencia: "esta revista la voy a esconder porque bla bla bla..." Comencé a sentir un odio creciente hacia mis padres. En mi oscura mente los veía arrepentidos bajo mi poder. Ideaba planes como un supervillano. Hasta que nos fuimos a la playa con toda la familia y el rencor se disolvió por la ventana del auto.
2 comentarios:
jajajajaja, todos tuvimos un acercamiento violento con los comics, yo llegue a intercambiar un compas de esos chidotes de fierro y de trazos impecables por un comic de los supercampepnes, alla por mi epoca de estudiante.... la consecuencia fue un buen regaño y no me dejaron ir a la ciudad de México a una convención...snif
Que barbaro! No te pases una herramienta de trabajo a cambio de una herramienta de relajo, no pues, no es así. Que chévere que halla convenciones en tu pais, aquí recién empezamos este año...snif
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